Orlando Antonio Farías, un boxeador
con una fuerte historia de vida. Del hambre y
la miseria a la gloria y la salvación. Un luchador incansable detrás de este deporte.
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Mauro Ruiz Medina
Estudiante de 3° año de periodismo deportivo en Red Milenium
viernes, 1 de diciembre de 2017
Los guantes le salvaron la vida
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sábado, 16 de septiembre de 2017
Los periodistas y la problemática de autocensurarse
Evidentemente hablar de periodistas
que reciben censuras es delicado
pero opinar de comunicadores sociales que se autocensuran es aún mucho más dificultoso. Lo claro de esta
cuestión es que es un disgusto grande que ocurra en estos tiempos, donde la
posibilidad de expresarse libremente es mucho más amplia gracias al arraigo de
la tecnología.
Para convalidar mi afirmación lo primero
que haré es dejar en claro el concepto de autocensura y utilizaré como cita de
autoridad a Sergio González (Periodista
de medio televisivo/ Canal 8 Tucumán) que la define: “La autocensura es lo peor, que una persona se limite a decir algo es ir
en contra del objetivo principal de la actividad”; lo segundo que realizo
es situar los ejemplos de Juan José
Arrieta (Periodista de medio radial/ LV12 Tucumán) y Ariel Ibañez (Periodista de medio gráfico/ La Gaceta Tucumán)
quienes reconocen que nunca fueron censurados pero sin embargo admiten que se
autocensuran con temas muy delicados, por respeto a ciertas personas y por
miedo a posibles conflictos judiciales.
En el cierra de esta nota, llego a la
conclusión que hay una clara falta de importancia y de conocimiento de los
periodistas con respecto a esta problemática. Poseen el derecho a la libertad de expresión, tienen el deber de defender la libertad de información y
no los están adoptando; ¿Si no son ellos quienes hacen respetar sus derechos y
cumplen sus obligaciones quienes lo realizarán? El problema es serio y son los
nuevos periodistas los que tienen el desafío de cambiar este rumbo.
Mauro Daniel Ruiz Medina.
viernes, 16 de junio de 2017
Los Pumas tienen revancha
El Seleccionado Nacional recibirá mañana a las 16.15 a Inglaterra. El partido se jugará en en el estadio de Colón de Santa Fé y corresponderá a la Copa ICBC.
Se le escapó sobre el final/ En el duelo anterior ante los Ingleses Los Pumas perdieron en los últimos minutos. Foto: La Nación.
Los Pumas quieren y tienen revancha. Mañana se enfrentarán a Inglaterra en un duelo que pertenecerá a la Copa ICBC. El enfrentamiento se realizará a las 16.30 y se jugará en el estadio de Colón de Santa Fé.
La palabra revancha se apoderó por completo del Seleccionado Nacional de rugby y no es para menos. Es que la dura y dolorosa derrota que le propinó "La Rosa" la semana pasada por 38 a 34 en los últimos minutos dejo mucha bronca en el plantel.
Quien habló en la previa al juego de mañana fue el capitá argentino Agustín Creevy: "Nos espera un partido aún más duro frente al mismo rival y esperamos poder tener nuestra revancha. Estuvimos analizando el partido en San Juan y a todos nos quedó la bronca por cómo lo perdimos", declaró. Quién también tomó la palabra fue el medio scrum británico Dany Care: "Me parece que Argentina estará focalizada en mejorar, porque se fueron bastante decepcionados por la derrota del fin de semana pasado. Igualmente nosotros tenemos que tener una buena actuación, y mejorar nuestro rendimiento, para lograr un resultado positivo y dejar la serie 2 a 0".
Con respecto a la derrota anterior el técnico Daniel Hourcade presentará una sola modificación. ingresará Ramiro Moyano en lugar de Matias Moroni. Está todo listo para otro juego de alto nivel. Los Pumas tendrán la oportunidad de levantar cabeza y acabar con los fatídicos desenlaces de los últimos minutos pero sobre todo, podrán tener revancha.
Se le escapó sobre el final/ En el duelo anterior ante los Ingleses Los Pumas perdieron en los últimos minutos. Foto: La Nación.
Los Pumas quieren y tienen revancha. Mañana se enfrentarán a Inglaterra en un duelo que pertenecerá a la Copa ICBC. El enfrentamiento se realizará a las 16.30 y se jugará en el estadio de Colón de Santa Fé.
La palabra revancha se apoderó por completo del Seleccionado Nacional de rugby y no es para menos. Es que la dura y dolorosa derrota que le propinó "La Rosa" la semana pasada por 38 a 34 en los últimos minutos dejo mucha bronca en el plantel.
Quien habló en la previa al juego de mañana fue el capitá argentino Agustín Creevy: "Nos espera un partido aún más duro frente al mismo rival y esperamos poder tener nuestra revancha. Estuvimos analizando el partido en San Juan y a todos nos quedó la bronca por cómo lo perdimos", declaró. Quién también tomó la palabra fue el medio scrum británico Dany Care: "Me parece que Argentina estará focalizada en mejorar, porque se fueron bastante decepcionados por la derrota del fin de semana pasado. Igualmente nosotros tenemos que tener una buena actuación, y mejorar nuestro rendimiento, para lograr un resultado positivo y dejar la serie 2 a 0".
Con respecto a la derrota anterior el técnico Daniel Hourcade presentará una sola modificación. ingresará Ramiro Moyano en lugar de Matias Moroni. Está todo listo para otro juego de alto nivel. Los Pumas tendrán la oportunidad de levantar cabeza y acabar con los fatídicos desenlaces de los últimos minutos pero sobre todo, podrán tener revancha.
miércoles, 19 de abril de 2017
"Lo hago para apoyar a mi hijo"
Alberto Antonio Nanterne es secretario de la Asociación Tucumana de Fútbol Sala, en la cual su hijo es el presidente. Una familia ligada a este deporte.
Dedicación/ El trabajo que realiza Alberto le conlleva mucho esmero y días de dedicación. Foto: Mauro Ruiz Medina
En el fútbol sala de Tucumán, el apellido Nanterne es sinónimo. Desde aquel lejano y cercano 2011 cuando se creó la Asociación Tucumana de Fútbol Sala, padre e hijo están ligados este atractivo deporte que día a día crece más.
Alberto Antonio Nanterne o "El pelado" como se lo conoce en el ambiente del futsal es la mano derecha de su hijo Facundo Nanterne Giacchino, el presidente de esta disciplina. Alberto es oriundo de San Andrés y tiene 57 años.
Ayer en una nueva fecha del torneo y como hace 6 años, en la entrada de la sede prestada de la Asociación (no cuenta con una propia) que se ubica en la Avenida República del Líbano 1820, se lo pudo encontrar al "Pelado" que ayuda a su heredero con la venta de entradas, documentación de los equipos, cobro del seguro, etc. "Hago todo esto para apoyar a mi hijo y también porque me gusta. Juego al fútbol y eso suma para que haga las tareas con placer", confesó.
Siempre que hay actividad y la pelotita cicrula por la cancha, Alberto atiende a la gente y realiza sus actividades con un espíritu joven que además de quitarle un par de años de encima, le hace ganar el cariño de muchos. "Hola pelado querido como andás", le decía un jugador al llegar y luego le daba un cálido abrazo.
"Actualmente contamos con 80 equipos afiliados. Además tenemos selecciones tucumanas de mayores masculinas y femeninas y también con la selección juvenil de varones", comentó orgulloso el hombre; siempre que haya partidos de futsal el estará allí. Con su pelada y su risa atendiendo a la gente y ganándose el cariño de muchos.
Video: Mauro Ruiz Medina
Dedicación/ El trabajo que realiza Alberto le conlleva mucho esmero y días de dedicación. Foto: Mauro Ruiz Medina
En el fútbol sala de Tucumán, el apellido Nanterne es sinónimo. Desde aquel lejano y cercano 2011 cuando se creó la Asociación Tucumana de Fútbol Sala, padre e hijo están ligados este atractivo deporte que día a día crece más.
Alberto Antonio Nanterne o "El pelado" como se lo conoce en el ambiente del futsal es la mano derecha de su hijo Facundo Nanterne Giacchino, el presidente de esta disciplina. Alberto es oriundo de San Andrés y tiene 57 años.
Ayer en una nueva fecha del torneo y como hace 6 años, en la entrada de la sede prestada de la Asociación (no cuenta con una propia) que se ubica en la Avenida República del Líbano 1820, se lo pudo encontrar al "Pelado" que ayuda a su heredero con la venta de entradas, documentación de los equipos, cobro del seguro, etc. "Hago todo esto para apoyar a mi hijo y también porque me gusta. Juego al fútbol y eso suma para que haga las tareas con placer", confesó.
Siempre que hay actividad y la pelotita cicrula por la cancha, Alberto atiende a la gente y realiza sus actividades con un espíritu joven que además de quitarle un par de años de encima, le hace ganar el cariño de muchos. "Hola pelado querido como andás", le decía un jugador al llegar y luego le daba un cálido abrazo.
"Actualmente contamos con 80 equipos afiliados. Además tenemos selecciones tucumanas de mayores masculinas y femeninas y también con la selección juvenil de varones", comentó orgulloso el hombre; siempre que haya partidos de futsal el estará allí. Con su pelada y su risa atendiendo a la gente y ganándose el cariño de muchos.
lunes, 17 de abril de 2017
Sueña con jugar en Boca Juniors
Exequiel Eduardo Montes es un niño de localidad de Ranchillos que tiene 7 años. Se levanta y se acuesta pensando en una sola cosa: la pelota.
Exequiel/ Al zurdito también le gusta dormir y es amante de los juegos de fútbol de playstation. Foto: Mauro Ruiz Medina
Exequiel Eduardo Montes tiene 7 años y vive en la localidad de Ranchillos, ubicada en el departamento Cruz Alta, Tucumán. Nació el 16 de junio de 2009, tiene cinco hermanas, un hermano y es hijo de Enrique Eduardo Montes y de María Esther Vizcarra.
"Polo" como le dicen de cariño sus familiares, es un petiso pícaro y audaz para jugar al fútbol y con chicos más grandes que él, siempre juega este zurdo. Es hincha de Boca Juniors pero como admirador de buenos arqueros, a veces se planta la famosa camiseta verde de Marcelo Barovero, ex golero de River Plate.
"Cuando sea grande quiero jugar en Boca", expresó el pibito. Su amor por la redonda es tan grande a tal punto que a sus padres, hace renegar muy seguido. Él prefiere jugar que hacer las tareas de la escuela. "Tuvimos que sacarles los arcos del frente de casa para que se concentre más en sus estudios", comenta su papá entre risas.
Cuando la pelota está en sus pies se alegra. Es que "Polo" la acaricia, la pisa y la domina muy bien para sus cortos siete años. Los grandes arquitos de frente de su casa son "La bombonera" de Ezequiel y el templo sagrado donde se reúne a jugar con sus amigos.
La pelota es un tesoro para él, cuando juega con ella es el ser más feliz del planeta. Condiciones y talento para triunfar y ser un futbolista profesional tiene; quien sabe quizás cumpla su gran sueño y siga siendo el ser más feliz del planeta.
Video: Exequiel pantalón azul y camiseta naranja n° 11.
Exequiel/ Al zurdito también le gusta dormir y es amante de los juegos de fútbol de playstation. Foto: Mauro Ruiz Medina
Exequiel Eduardo Montes tiene 7 años y vive en la localidad de Ranchillos, ubicada en el departamento Cruz Alta, Tucumán. Nació el 16 de junio de 2009, tiene cinco hermanas, un hermano y es hijo de Enrique Eduardo Montes y de María Esther Vizcarra.
"Polo" como le dicen de cariño sus familiares, es un petiso pícaro y audaz para jugar al fútbol y con chicos más grandes que él, siempre juega este zurdo. Es hincha de Boca Juniors pero como admirador de buenos arqueros, a veces se planta la famosa camiseta verde de Marcelo Barovero, ex golero de River Plate.
"Cuando sea grande quiero jugar en Boca", expresó el pibito. Su amor por la redonda es tan grande a tal punto que a sus padres, hace renegar muy seguido. Él prefiere jugar que hacer las tareas de la escuela. "Tuvimos que sacarles los arcos del frente de casa para que se concentre más en sus estudios", comenta su papá entre risas.
Cuando la pelota está en sus pies se alegra. Es que "Polo" la acaricia, la pisa y la domina muy bien para sus cortos siete años. Los grandes arquitos de frente de su casa son "La bombonera" de Ezequiel y el templo sagrado donde se reúne a jugar con sus amigos.
La pelota es un tesoro para él, cuando juega con ella es el ser más feliz del planeta. Condiciones y talento para triunfar y ser un futbolista profesional tiene; quien sabe quizás cumpla su gran sueño y siga siendo el ser más feliz del planeta.
Video: Exequiel pantalón azul y camiseta naranja n° 11.
sábado, 15 de abril de 2017
"Amo a mi club"
Nora Alicia Perea es una mujer luchadora de la vida que trabaja en San Antonio de Ranchillos hace más de 15 años.
Sonriente/ En sus inicios Nora sólo era lavandera de San Antonio. Foto: Mauro Ruiz Medina
Sábado 15 de abril, sábado nublado, fresco, lluvioso y gris. En Ranchillos con frío, calor, lluvia o sin lluvia el deporte se practica sí o sí. Llegando a esta localidad el Club San Antonio atrae todas las miradas con su imponente presencia. Alrededor se puede ver mucha o poca gente, dependiendo de la actividad del día. De un colectivo bajan unos chicos, son las infantiles de CAD 24 de Alderetes que llegan para enfrentarse a los locales por el campeonato de la Liga Tucumana de Fútbol.
En la portería como no puede ser de otra manera está ella, Nora Elisa Perea o "Normita" para los que la conocen. Una mujer de baja estatura, con anteojos, orgullosa de sus 57 años pero que tiene una vitalidad y un humor de una adolescente.
"Trabajo hace más de 15 años en el club. Soy lavandera y también estoy a cargo del control de las entradas. Hago todo esto porque amo a San Antonio, amo a mi club", afirma muy segura.
Nora vive en el Barrio Complejo, que está a un costado de la institución. Hace 20 años que es madre soltera de 4 mujeres. "Para mí no fue fácil criar sola y sin trabajo a mis hijas. Desde el 2000 que laburo en la Cooperativa de la Comuna y estoy orgullosa de haberles dado una buena educación a mis hijas; ellas ya son grandes y están construyendo su futuro", expresó.
Bromeando y entre risas, la mujer relata que sus nietos son su mayor felicidad y que les hacen olvidar hasta de las deudas. Ella manifiesta que está viviendo el mejor momento de su vida y que le gustaría que el día que ella muera, su nombre quede escrito en algún rincón del club.
Pasarán los eventos deportivos, pasarán los años, pero hasta que la vida se lo permita la que no pasará será ella, Nora Alicia Perea.
Video: Mauro Ruiz Medina
Sonriente/ En sus inicios Nora sólo era lavandera de San Antonio. Foto: Mauro Ruiz Medina
Sábado 15 de abril, sábado nublado, fresco, lluvioso y gris. En Ranchillos con frío, calor, lluvia o sin lluvia el deporte se practica sí o sí. Llegando a esta localidad el Club San Antonio atrae todas las miradas con su imponente presencia. Alrededor se puede ver mucha o poca gente, dependiendo de la actividad del día. De un colectivo bajan unos chicos, son las infantiles de CAD 24 de Alderetes que llegan para enfrentarse a los locales por el campeonato de la Liga Tucumana de Fútbol.
En la portería como no puede ser de otra manera está ella, Nora Elisa Perea o "Normita" para los que la conocen. Una mujer de baja estatura, con anteojos, orgullosa de sus 57 años pero que tiene una vitalidad y un humor de una adolescente.
"Trabajo hace más de 15 años en el club. Soy lavandera y también estoy a cargo del control de las entradas. Hago todo esto porque amo a San Antonio, amo a mi club", afirma muy segura.
Nora vive en el Barrio Complejo, que está a un costado de la institución. Hace 20 años que es madre soltera de 4 mujeres. "Para mí no fue fácil criar sola y sin trabajo a mis hijas. Desde el 2000 que laburo en la Cooperativa de la Comuna y estoy orgullosa de haberles dado una buena educación a mis hijas; ellas ya son grandes y están construyendo su futuro", expresó.
Bromeando y entre risas, la mujer relata que sus nietos son su mayor felicidad y que les hacen olvidar hasta de las deudas. Ella manifiesta que está viviendo el mejor momento de su vida y que le gustaría que el día que ella muera, su nombre quede escrito en algún rincón del club.
Pasarán los eventos deportivos, pasarán los años, pero hasta que la vida se lo permita la que no pasará será ella, Nora Alicia Perea.
viernes, 14 de abril de 2017
Detrás de la pelota corren sonrisas
En Ranchillos hay una escuelita de fútbol que subsiste gracias a un hombre y a la colaboración de los padres de los chicos.
Decir Ranchillos es decir fútbol y carnaval. La localidad, ubicada 24 km al este de la ciudad de San Miguel de Tucumán ha sido cuna de grandes futbolistas y promete seguir siéndolo.
Allí existe desde hace 4 años la Escuela de Fútbol Infantil Rollo Amaya. Su fundador Rollo Amaya, valga la redundancia, es un hombre gordo, canoso, chueco, es el responsable de ponerle realidad al sueño de estos niños.
Se hace referencia cuando se habla de sueño, al deseo de los chiquilines de entrar a una cancha y desatar la mayor de sus alegrías cuando corren detrás de la redonda. El largo camino de la felicidad arranca cuando se empiezan a equipar, continúa cuando los llaman para darles las camisetas. Ese es uno de los momentos más emotivos, muestran una sonrisa de oreja a oreja que contagia. La mágica travesía culmina cuando terminan de jugar el partido. Allí es como si dejaran de soñar y volvieran al mundo real.
Esta escuela cuenta entre sus filas con las categorías 2002/03/04/05/06/07 y con la división Cebollitas (clase 2008/09/10/11). Los chicos participan actualmente en la Liga Infantil de Fútbol de la provincia que lleva jugadas dos fechas.
"Nosotros no tenemos ninguna ayuda política, contamos con la comisión de padres de los chicos que venden golosinas y comidas dulces en los partidos. De esta manera podemos afrontar los gastos de los viajes que realizamos para jugar como así también pagarle al referí", afirmó Amaya.
Que haya más personas como Rollo, que haya más padres como los de esta escuelita, que haya más sueños por soñar y por sobre todo, que haya más sonrisas que corran detrás de una pelota.
Video: Mauro Ruiz Medina
Contentos/ Los niños de la categoría "Cebollitas" muestran su entusiasmo antes de jugar su partido. Foto: Mauro Ruiz
Decir Ranchillos es decir fútbol y carnaval. La localidad, ubicada 24 km al este de la ciudad de San Miguel de Tucumán ha sido cuna de grandes futbolistas y promete seguir siéndolo.
Allí existe desde hace 4 años la Escuela de Fútbol Infantil Rollo Amaya. Su fundador Rollo Amaya, valga la redundancia, es un hombre gordo, canoso, chueco, es el responsable de ponerle realidad al sueño de estos niños.
Se hace referencia cuando se habla de sueño, al deseo de los chiquilines de entrar a una cancha y desatar la mayor de sus alegrías cuando corren detrás de la redonda. El largo camino de la felicidad arranca cuando se empiezan a equipar, continúa cuando los llaman para darles las camisetas. Ese es uno de los momentos más emotivos, muestran una sonrisa de oreja a oreja que contagia. La mágica travesía culmina cuando terminan de jugar el partido. Allí es como si dejaran de soñar y volvieran al mundo real.
Esta escuela cuenta entre sus filas con las categorías 2002/03/04/05/06/07 y con la división Cebollitas (clase 2008/09/10/11). Los chicos participan actualmente en la Liga Infantil de Fútbol de la provincia que lleva jugadas dos fechas.
"Nosotros no tenemos ninguna ayuda política, contamos con la comisión de padres de los chicos que venden golosinas y comidas dulces en los partidos. De esta manera podemos afrontar los gastos de los viajes que realizamos para jugar como así también pagarle al referí", afirmó Amaya.
Que haya más personas como Rollo, que haya más padres como los de esta escuelita, que haya más sueños por soñar y por sobre todo, que haya más sonrisas que corran detrás de una pelota.
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