Sonriente/ En sus inicios Nora sólo era lavandera de San Antonio. Foto: Mauro Ruiz Medina
Sábado 15 de abril, sábado nublado, fresco, lluvioso y gris. En Ranchillos con frío, calor, lluvia o sin lluvia el deporte se practica sí o sí. Llegando a esta localidad el Club San Antonio atrae todas las miradas con su imponente presencia. Alrededor se puede ver mucha o poca gente, dependiendo de la actividad del día. De un colectivo bajan unos chicos, son las infantiles de CAD 24 de Alderetes que llegan para enfrentarse a los locales por el campeonato de la Liga Tucumana de Fútbol.
En la portería como no puede ser de otra manera está ella, Nora Elisa Perea o "Normita" para los que la conocen. Una mujer de baja estatura, con anteojos, orgullosa de sus 57 años pero que tiene una vitalidad y un humor de una adolescente.
"Trabajo hace más de 15 años en el club. Soy lavandera y también estoy a cargo del control de las entradas. Hago todo esto porque amo a San Antonio, amo a mi club", afirma muy segura.
Nora vive en el Barrio Complejo, que está a un costado de la institución. Hace 20 años que es madre soltera de 4 mujeres. "Para mí no fue fácil criar sola y sin trabajo a mis hijas. Desde el 2000 que laburo en la Cooperativa de la Comuna y estoy orgullosa de haberles dado una buena educación a mis hijas; ellas ya son grandes y están construyendo su futuro", expresó.
Bromeando y entre risas, la mujer relata que sus nietos son su mayor felicidad y que les hacen olvidar hasta de las deudas. Ella manifiesta que está viviendo el mejor momento de su vida y que le gustaría que el día que ella muera, su nombre quede escrito en algún rincón del club.
Pasarán los eventos deportivos, pasarán los años, pero hasta que la vida se lo permita la que no pasará será ella, Nora Alicia Perea.
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